Domingo 12 de septiembre del año 2004, 18:30 horas, Felipe Díaz Garibay, sale de su casa particular, ubicada en las calles de 5 de Mayo en Venustiano Carranza, Michoacán, rumbo al Parque Recreativo “El Arco” para iniciar la marcha que lo conduciría a la Plaza Principal, al llamado “Teatro del Pueblo”, ahí, en su pueblo natal, para dar inicio oficialmente a su Cruzada Distrital por la Democracia.
Ahí le esperaba su familia más compacta, sus amigos cercanos, miembros de varios de los Comités Municipales del Partido Acción Nacional en el Distrito, reporteros de varios de los medios regionales y quienes serían sus más cercanos colaboradores, en una campaña político-electoral que se aprestaba a ser intensa y que le haría vivir, sin lugar a dudas, una incomparable experiencia.
A las 19:15 horas dio inicio el desfile, amenizaba la conocida Banda “San Cristóbal” del vecino Pajacuarán; las calles Juárez, Obregón, 16 de Septiembre, Porvenir y Nacional, que Felipe transitara tan a menudo desde su infancia y en los recordados desfiles escolares, fueron testigos del inicio de una experiencia única en su vida.
Ahí estuvo la gente, esperando su paso en las puertas de sus casas, para saludarle, aplaudirle y manifestar su simpatía al candidato de su pueblo, a quien lucharía por una posición en el Congreso Local del Estado de Michoacán a donde llevaría, de ser favorecido con el voto, la voz de sus conciudadanos.
Felipe saludó a su paso a todos quienes se encontraban en las puertas de sus hogares o esperándole en los cruces de las calles. Él quiso sentir así a su pueblo, de manera espontánea, sencilla, tal y como es su costumbre: quiso iniciar ahí, en Venustiano Carranza, en su tierra, cerca de quienes le han visto crecer, vivir y han sido testigos de su obra.
Llegadas las 20:00 horas, arribaba a la Plaza Principal donde tuvo lugar el primer mitin de campaña; era el inicio de su Cruzada Distrital por la Democracia. Ahí estuvieron presentes el candidato a Diputado Suplente, Fernando Pérez Ávila, los candidatos del Partido Acción Nacional a Presidentes Municipales Municipales de Venustiano Carranza, Francisco Sánchez Moreno, de Briseñas, Jorge Rojas Ceja, y de Jiquilpan, Carlos Gómez Cervantes; también le acompañaron el Delegado Distrital, Joaquín Suárez Cervantes, el Presidente del Comité Directivo Municipal del P.A.N. en Sahuayo, Francisco Sánchez Sánchez, el ex Presidente Municipal de Sahuayo, Felipe Pérez Valencia y los integrantes de la planilla del Municipio de Venustiano Carranza.
Fue un evento breve, la conducción del mismo estuvo a cargo de Gabriela Ceballos Hernández, amiga personal de Felipe. Ahí tuvo su primera intervención como candidato; en ella se dirigió a su pueblo a quien dijo que “hace ya casi nueve años, en este mismo sitio concluí mi cruzada como candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de mi Municipio; una cruzada por la democracia; una cruzada en la que tuve la oportunidad de darme cuenta de la situación y problemas que vivía, y sigue viviendo aún ahora, mi Municipio y sus comunidades. Aquél 8 de noviembre de 1995 reconocí la profunda enseñanza que me había dejado el recorrer las comunidades y cabecera de Venustiano Carranza y darme cuenta del enorme reto que, como candidato tenía frente a la historia de este Municipio. Esa campaña me permitió confirmar la desesperanza de mis conciudadanos, de los huérfanos y de quienes no tienen un techo para vivir, de los que se abaten en el hambre o la enfermedad, de los que esperan un final inmerecido por no tener un empleo; de los que sufren por la carencia de oportunidades, de quienes no pueden ir a la escuela por falta de recursos, de quienes se mueren por no tener dinero para curarse. De quienes sólo han sido carnada electoral de los mercenarios de la política…Hoy, a casi una década de distancia, veo que las cosas no han cambiado en muchos Municipios de este Distrito… La visión que recojo de los ocho Municipios de este Cuarto Distrito Electoral Local, me confirma, hasta este momento, que la democracia parece no tener futuro”… veo una estructura social engañada que cada día se desgasta más y más y se resigna a la espera de la regalía o la limosna que lejos de aliviar sus problemas ahonda más su males y su inconformidad; veo a una estructura social que debe negarse ya a seguir siendo objeto de la burla y la manipulación de quienes pretenden gobernarle”.
Fue, sin duda, un discurso en el que dejaba claro cuál sería la línea de su campaña político-electoral; una campaña marcada por una propuesta producto de esa úlcera de inconformidad que Felipe trae consigo desde sus años de adolescencia en que decidió partir de su pueblo, a la capital del país, en busca de oportunidades, cuando bien supo decidir por las Ciencias Políticas y Administración Pública como línea de formación académica.
De forma más precisa, dejó claro porque era candidato a Diputado por su Distrito; ahí no dejó lugar a ninguna duda; fue a lo profundo; fue a la esencia que da razón de vida a su existir; ahí, de manera pausada y contundente dijo: “
“Soy candidato porque yo sí espero que ustedes crean plenamente en las instituciones que históricamente nos han dado razón de vida como nación.
‘Soy candidato porque yo si creo en una política digna.
‘Soy candidato porque yo sí creo en un Michoacán más justo e igualitario.
‘Soy candidato porque he visto la mirada de desesperanza y resignación de nuestros hermanos indígenas, herederos de la excelsa raza Tarasca.
‘Soy candidato porque sé de tus padres y hermanos que cruzan la frontera de nuestro vecino país del norte en busca de oportunidades y muchos de ellos regresan para nunca más volverla a cruzar, porque regresan muertos.
‘Soy candidato porque sé del dolor de nuestros campesinos, de nuestros niños desnutridos, de nuestras mujeres golpeadas, de los vicios en que caen nuestros jóvenes porque carecen de oportunidades.
‘Soy candidato porque quiero llevar tu voz y tus reclamos al Congreso del Estado.
‘Soy candidato porque me identifico contigo en tu proyecto de vida, porque sé de tus afanes, de tus luchas y de tus esperanzas.
‘Soy candidato, tu candidato, porque sé que el próximo domingo 14 de noviembre me regalarás un minuto de tu tiempo para acudir a la urna de tu sección a depositar tu voto a favor de nuestras fórmulas, seguro de que en el Partido Acción Nacional sabremos responderte, sabremos demostrarte que a pesar de los pesares, a pesar del acecho del enemigo, y de quienes tratan de desprestigiar las acciones de nuestros gobiernos, somos una opción que lleva consigo una visión distinta de los quehaceres públicos; porque somos una opción con historia, con trabajo, con lucha verdadera; porque todo cuanto hacemos lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo, con las fuerzas del alma”.
En efecto, así iniciaba su trabajo, con las fuerzas del alma, ahí en ese rincón del territorio mexicano que le vio nacer, que le dio el sentimiento de oriundez, y al que nunca ha renunciado por más que se ha alejado de él, porque siempre lo ha llevado en el corazón y en la sangre que corre por sus venas.
Así terminaba aquél 12 de septiembre de 2004, día en que Felipe iniciaba su campaña política; llevaba ya consigo en sus recuerdos las imágenes de esas calles en que saludó a su pueblo, en que lo tuvo cerca, en que quiso decirle lo que para él representa, lo que para el significa ser un michoacano cabal pero, sobre todo, un ciudadano del mundo que bien sabe reconocer sus orígenes, sus raíces y, a pesar de los pesares, la esencia de su máximo compromiso.
Felipe trabajó en su Municipio la semana siguiente a su apertura oficial de campaña; del lunes 13 al domingo 19 de septiembre, trabajó arduamente en la cabecera municipal, así como en las comunidades de Cumuatillo, La Magdalena, El Fortín, Cuatro Esquinas, Ojo de Agua, Cerrito de Pescadores, Pueblo Viejo, La Závila y La Palma.
Le esperaba recorrer siete Municipios más, tocar múltiples puertas, intentar abrir múltiples corazones, mirar a los ojos de sus conciudadanos, compartir con sus seguidores, recibir los aplausos de quienes supieron valorar su mensaje, tocar la mano de quienes estuvieron cerca de él y vivir de cerca la realidad de su gente.
Había iniciado un camino, uno más en su proyecto de vida, uno que le dejaría, indudablemente, la más profunda huella en su largo caminar por los senderos de su destino en busca de ser, que ha sido su máxima, en busca de la justificación de su existencia pero, también… del cumplimiento de su misión.♦