Discursos

[8] “LA INTEGRACION, UN PASO HACIA LA CONCEPCION DE UN NUEVO ORDEN ECONOMICO INTERNACIONAL. LA PRESENCIA MEXICANA ”. Intervención en la reunión de análisis “La Apertura Comercial Mexicana, Retos y Oportunidades para el Empresario de la Ciénega de Chapala”, efectuada en la Mezanine del Hotel Latino.

 

Sahuayo, Michoacán, México, sábado 22 de junio de 1991.

 

 

Señores académicos;

 

Señores empresarios;

 

Distinguidos invitados especiales;

 

Amigos todos:

 

Como es mi costumbre, agradezco infinitamente la invitación que me formulara el Lic. Leonardo Javier García del Río, para participar en este encuentro que debe, a todos sin excepción, hacernos reflexionar sobre un aspecto del desenvolvimiento histórico de las organizaciones sociales que, en nuestros días, parece ocupar un lugar de auténtica primacía sobre todo si consideramos la rica gama de aspectos que comprende; las Relaciones Internacionales.

 

 

1. Algunas precisiones teórico-metodológicas.

 

Hablar de Relaciones Internacionales, es hablar de la realidad internacional, de es fenomenología que rebasa las fronteras meramente nacionales para ubicarse en el contexto transnacional. A las Relaciones Internacionales las situaciones dentro del campo de estudio de las ciencias sociales las que, junto con las disciplinas del ramo natural convergen precisamente en un punto crucial: el conocimiento de una verdad universalmente válida.

 

Pero la realidad del es que las ciencias sociales, en específico, no son capaces de dictar verdades absolutas; ninguna teoría ha sido capaz de explicar de manera determinante la realidad social pues, justamente, when se piensa que ya se ha avanzado un buen trecho en la discusión sobre una ciencia respecto de las demás ciencias sociales, surge algo nuevo, un nuevo enfoque y, así, empieza de nuevo la discusión, desde otro ángulo; esa es la grandeza y la miseria de las ciencias sociales que nos obligan, en el campo de estudio de las Relaciones Internacionales a ejercer constantemente múltiples esfuerzos dentro de marcos cada vez más científicos, para que aún como producto de una práctica social diferenciada puedan ser objeto de una sistematización que permita catalogarlas como disciplina integrada.

Así, entonces, podemos afirmar con certeza que las Relaciones Internacionales, como toda ciencia, buscan extraer teorías de la realidad y tienen, por ende, un objeto de estudio específico: la realidad internacional circunscrita y determinada por todas aquéllas variables que inciden en el sistema de Relaciones Internacionales en el que coexistimos todas las naciones del orbe. Es por esta razón que podemos definir a la Teoría de las Relaciones Internacionales como la unión coherente y sistemática de proposiciones que tienen como objetivo esclarecer la esfera de las relaciones sociales que se ubican Masaya de las fronteras nacionales; en efecto, nos encontramos frente a una disciplina joven, pero ello no obsta para que posea precisión en su objeto de estudio, claramente delineado,

 

 

2. Regionalismo, integración y Relaciones Internacionales.

 

Destacados teóricos de las Relaciones Internacionales, como Daniel A. Holly y Ernst B. Haas, ven en el aspecto económico el problema fundamental que afecta más directamente las relaciones entre las naciones del orbe. El “Regionalismo”, ampliamente tratado por segundo de estos autores, persigue como objetivo fundamental la cooperación en materia económica entre aquéllos países que desnacionalizan las funciones gubernamentales normales y ubican su delegación en unidades regionales a efecto de hacer más sistemática la elaboración de decisiones.

 

Sin embargo, es preciso observar que el predominio del sistema económico internacional y las relaciones económicas internacionales como determinantes principales de la política internacional, se presenta como elemento fundamental y circunstancia dentro de las relaciones entre países industrializados del centro y los de la periferia dependiente y subdesarrollada . El factor económico adquiere así singular y justificada relevancia puesto que, como se ha dicho una y mil veces, sin libertad económica no podrá existir, jamás, la libertad o autonomía política; así, no podemos negar que en los días que vivimos la economía política se nos ofrece como el instrumento idóneo de la realidad internacional.

 

Las relaciones económicas no son fáciles y sí complejas; lejos de actitudes autárquicas, hoy es preciso que todas las naciones del orbe replanteen sus proyectos históricos y sean capaces de encontrar mecanismos tendientes a lograr una mayor cooperación en este determinante rubro; la interdependencia característica del actual sistema internacional empuja a las naciones a olvidarse de las posiciones aislacionistas ya retomar papeles, en suma, participativos. Han sido muchos los esfuerzos de integración que a la fecha registra la historia mundial, destacan: el Movimiento de Países No Alineados, iniciado en Bandung en 1955 bajo el patrocinio de Indonesia, India, Birmania, Ceilán y Pakistán; la Comisión del Sur, derivada de éste importante movimiento;y, el Consenso de Cartagena que con el afán de analizar la situación económica internacional,

 

La integración regional, elevada a su máxima expresión en el pensamiento bolivariano, resurge hoy con otra connotación, bajo otro esquema, en otros tiempos, con otros actores. Lejos de actitudes hegemónicas, las naciones poderosas deben coadyuvar más en la cooperación en el interdependiente mundo en que vivimos. Los proyectos de integración regional se traducen, hoy, en retos de dimensiones incalculables para sus partes; a veces la oscura sombra de la desconfianza, tan solo presente en las mesas de negociaciones de corte internacionalista, parece no difuminarse ofreciendo visiones que nos presentan mayores magnitudes de riesgo que de éxito; las naciones entonces se encuentran ante la disyuntiva de actuar bajo el efecto de la inercia o bien atendiendo a la idoneidad temporal.

 

 

3. El reto mexicano.

 

La política exterior de México, pese a las presiones que sobre nuestro país en determinados momentos históricos se han ejercido, se ha mantenido fiel a los principios que desde siempre le han dado cuerpo y, aún más, ha ido fortaleciendo de ellos, además de que ha incorporado otros más, en concordancia con la realidad que actualmente impera tanto en la sociedad internacional como al interior de la propia nación.

 

 

      3.1. Intervención en organismos de cooperación internacional.

 

Nuestro país participa en diversos organismos de cooperación internacional, seguro de que el bilateralismo se proyecta en el surgimiento de nuevas formas de sujeción Norte / Sur, en las que los lazos del colonialismo reviven disfrazados de modernidad y colocan a los países más pobres en extrema debilidad durante cualquier negociación solitaria.

 

La consideración anterior es el reflejo de una realidad que, en nuestros días, ha propiciado que los Estados, ante las desventajas obtenidas de una negociación individual, desplieguen esfuerzos tendentes a fortalecer la diplomacia multilateral, que al permitir presentar posiciones y demandas conjuntas en los foros políticos y técnicos, les conceden a los países del Tercer Mundo mayor fuerza en la negociación y, por tanto, mayores logros.

 

 

                A. La Organización de las Naciones Unidas.

 

De esta forma, el estancamiento de las negociaciones globales han obligado a los países en desarrollo a replantear sus estrategias de litigio en la Organización de las naciones Unidas, siendo el diálogo y la cooperación Sur-Sur mecanismos vitales para la sobrevivencia colectiva e individual de los países en vías de desarrollo; sin embargo, dentro de este enfoque general, se debe privilegiar el sistema de las Naciones Unidas.

 

Cabe mencionar que, si bien es innegable que la Organización de las Naciones Unidas atraviesa, en la actualidad, por un periodo de crisis al evidenciar cierta incapacidad para imponer un orden de derecho y evitar el uso de la fuerza, también lo es que las Naciones Unidas no son sino el reflejo de los Estados que la integran y no pueden ir más allá de lo que sus miembros seleccionados, por lo cual se debe insistir en perfeccionar los organismos internacionales para alcanzar los objetivos que motivaron su creación y que nuestro país comparte plenamente .

 

Dentro de este contexto, la activa participación de México en los foros internacionales y la coherencia de su actuación en la ONU a lo largo de cuatro décadas muestra la continuidad de la política exterior mexicana y la capacidad del estado para ejecutarla, a de las múltiples presiones internas y externas de que ha sido objeto.

 

 

                B. La organización de Estados Americanos.

 

La conmemoración, en 1988, del XL Aniversario de la adopción, en Bogotá, de la Carta de la Organización destinada a dotar a los Estados Americanos de un código de conducta, de un programa de acción y de un marco institucional, con cuatro propósitos fundamentales , a saber, la solidaridad pacífica, la seguridad colectiva, la solución pacífica de las controversias y la cooperación económica, social y cultural, fue el suceso que instigó a numerosos especialistas a revisar los logros y las limitantes del foro.

 

De estas reflexiones, destacó el hecho de que, durante la década pasada la OEA no fue capaz de realizar efectivamente en ls búsqueda de soluciones a los conflictos armados y las controversias políticas, permaneciendo también al margen de la severa crisis económica y financiera que enfrenta el continente y, sobre todo, se ha impotente para concretar los esfuerzos institucionales por reformas los instrumentos básicos del sistema. De ello se deriva que, mientras para los Estados Unidos de Norteamérica la OEA continúa siendo el foro ideal para transformar la Doctrina Monroe en un pacto multilateral, para los países latinoamericanos, el foro continental puede aún ser una plataforma de concertación política,

 

México, en busca de un nuevo consenso básico, acorde con las actuales circunstancias hemisféricas y mundiales, en 1985 apoyó la idea de adoptar un Protocolo de reforma a la Carta de la OEA. Sin embargo, los estados unidos de Norteamérica, al firmarlo, formon una declaración interpretativa que desnaturaliza algunas de sus disposiciones de mayor alcance, entre ellas, las relativas al principio del pluralismo ideológico, a la incompetencia de la organización para intervenir en los asuntos internos de los estados y al derecho de estos últimos a acudir a la ONU para la solución de sus controversias. Se ha considerado que tal interpretación además de cuestionar la utilidad de la OEA como foro de negociación de asuntos comerciales y financieros del continente,

 

En opinión del gobierno de México, se debe continuar el esfuerzo tendente a lograr una verdadera cooperación económica para lo cual, sin duda, se necesita la suscripción de un convenio que obligue jurídicamente a sus Estados partes a realizar tal cooperación. Este paso está aparejado a uno de los objetivos básicos del sistema que es la adaptación de los órganos y organismos interamericanos a las necesidades y exigencias de la lucha contra el subdesarrollo pero ahí se debe tomar en cuenta que los Estados Unidos de Norteamérica están renuentes a asumir compromisos de orden jurídico respecto del otorgamiento de asistencia para el desarrollo multilateral de la región.

 

 

                C. El Movimiento de Países No Alineados.

 

México mantiene su calidad de observador en el Movimiento de Países No Alineados y con ese carácter ha concurrido a las Reuniones cumbre de El Cairo (1964), Argel (1973), Colombo (1976), La Habana (1979), Nueva Delhi (1983) )))) y Harare (1986), así como la mayoría de reuniones ministeriales. Nuestro país entiende el no alineamiento, según lo manifestó el Secretario Castañeda en la VI Conferencia Cumbre de La Habana, “como un puente que tiende a propiciar el diálogo y procura la conciliación de las posiciones de los adversarios; que procura el establecimiento de la paz a través de la independencia total política y económica de todos los Estados.Por esa razón, México suscribe sin reservas la definición que hicieron el Mariscal Tito y el Primer Ministro Nehru en 1954, cuando declararon que la No Alineación,

 

Con prioridad a la confrontación ideológica, México estima que el Movimiento de Países No Alineados, a través de un renovado y fortalecido programa de acción, puede prestar una positiva y poderosa contribución a la causa común de los países en desarrollo: el establecimiento de un nuevo orden económico internacional.

 

 

                D. Consenso de Cartagena.

 

Se ha llamado Diálogo Norte-Sur al proceso de negociaciones económicas internacionales encaminadas a establecer un intercambio entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo, para disminuir las graves diferencias socio-económicas que los separan. La parte sustancial de este diálogo se produce entre los países industrializados capitalistas y los países en desarrollo, ya que ni los países de Europa Oriental ni la URSS han aceptado nunca participar en este proceso.

 

Los días 21 y 22 de junio de 1984 se reunieron en Cartagena, Colombia, los Cancilleres y Ministros responsables del área financiera de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, para examinar la situación económica internacional, especialmente en lo que se refiere a los problemas del endeudamiento externo y los obstáculos que éste provoca en la reactivación del desarrollo económico de los países involucrados y para proponer iniciativas y formas de acción adecuadas para todas las partes interesadas. A este grupo se le denominó Consenso de Cartagena.

 

La activa participación de México en los diversos foros multilaterales económicos, a pesar de las presiones de que es objeto, ha permitido delinear las prioridades nacionales en esta materia y, considerando los efectos nacionales que el delicado tema de la deuda externa tiene, lograr cierto consenso sobre todo regional, respecto de la urgencia que debe dársele a su tratamiento global. La participación mexicana en el Consenso de Cartagena viene a ser el resultado del reconocimiento de que el problema de la deuda trasciende lo técnico y financiero, para convertirse en uno de los temas políticos más importantes de la cooperación regional de las relaciones internacionales.

 

 

                E. Cuenca del pacífico.

 

En la correspondencia entre las prioridades de nuestra política exterior e interna, nuestro país ha buscado estrechar y ampliar los vínculos económicos y políticos con el mayor número de países y, teniendo como base y guía los principios constitucionales que rigen nuestra política exterior, ha buscado fortalecer sus posiciones mediante la concertación y la suma de voluntades. En el ámbito interno, de acuerdo con los lineamientos del Plan nacional de Desarrollo 1982-1988, se definió la estrategia de cambio estructural requerida para reorientar el desarrollo del país sobre bases de eficiencia y equidad.En este sentido, se planteó la necesidad de modernizar nuestro aparato productivo para poder insertarnos eficientemente en los nuevos patrones industriales y las nuevas corrientes comerciales de la economía mundial.

 

La profundización de dicha estrategia de modernización y cambio estructural se planteó en tres ámbitos fundamentales, siendo el principal el que abarca la reconversión industrial, la modernización tecnológica y la vinculación con la economía mundial. El objetivo fundamental, en síntesis, consiste en asimilar los avances tecnológicos al proceso de cambio estructural en la industria nacional y, de esta manera, lograr una vinculación más adecuada y eficiente con la economía mundial, también en proceso de transformación.

 

Al igual que ocurre en otros países de la Cuenca del Pacífico, en algunos sectores de México, sobre todo académicos, se teme que la incorporación de nuestro país a ese proceso económico contravenga nuestra formación social y limite las expectativas económicas de los sectores laborales, de la misma forma que ha ocurrido en algunos lugares de la costa asiática del Pacífico, como Singapur o Taiwán. Por lo mismo, cabe recordar que en nuestro caso, las relaciones con los Estados de la Cuenca se han establecido y desarrollado sobre bases que muestran distintas, como distinta es nuestra evolución histórica, y es a partir de estas relaciones que ya tenemos, que se proyecta nuestra participación en la actividad regional.

 

En los proyectos mexicanos de modernización económica, fundamentalmente los Estados Unidos de Norteamérica y Japón juegan un papel clave y los demás están llamados a incrementar su importancia. Trasladar estas relaciones a un contexto regional, en el que existen países con problemas similares y en algunos casos más complejos que los nuestros, abre a México la posibilidad de contraponer a la dominación del gran capital la cooperación Sur-Sur.

 

Destaca en la región el deseo común de ampliar los espacios geográficos desnuclearizados; detener la carrera armamentista; combatir el proteccionismo de los países más industrializados; revisar criterios respecto de la deuda externa; promover la cooperación para el desarrollo y garantizar el acceso a tecnologías adecuadas.

 

Por último, destacar que una muestra clara del interés mexicano por activar su participación en el desarrollo de la Cuenca y por incorporar a los esfuerzos institucionales que se realizan en el seno de la CCEP, fue la creación de la Comisión Mexicana para la Cuenca del Pacífico , por acuerdo presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de abril de 1988 e instalado en Palacio Nacional el 27 del mismo mes por el entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado.

 

 

                F. El Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos.

 

México, al igual que otras naciones del mundo busca integrar proyectos para actuar con supremacía frente al sistema internacional; por esta importante razón, el Presidente Carlos Salinas de Gortari y el Presidente de los Estados Unidos George Bush, coincidieron en que es necesario establecer un clima de mayor estabilidad y confianza para el comercio y la inversión entre México y los Estados Unidos; determinaron que un Tratado de Libre Comercio es el mejor vehículo para propiciar el desarrollo económico de ambos países, generar nuevas fuentes de empleo y abrir nuevos mercados.

 

El Tratado de Libre Comercio, pretende beneficiar a la población de México ya la de Estados Unidos. Los consumidores de ambos países tendrán acceso a productos más baratos, por ser elaborados con menores costos, e importados libres de arancel. Por su parte, los productores tendrán un mejor y más seguro acceso a mercados importantes más amplios y de mayores volúmenes de ventas, generando reducciones en los costos de producción derivados del mejor uso de las economías a escala y de los recursos productivos del país.

 

Una zona de libre comercio más amplia, para toda Norteamérica, incrementará la eficiencia productiva de la región, al propiciar la especialización dentro de las industrias de cada país y entre los tres países que integran esta región.

 

 

                      F.1. Antecedentes.

 

A partir de 1983, México inició un cambio estructural de su economía, encauzado a lograr la estabilidad macroeconómica permanente y su inserción eficiente dentro de la corriente comercial internacional. Este proceso de ajuste económico y apertura comercial se ha traducido en una mayor competitividad internacional de la economía y en un crecimiento notorio de la actividad comercial con el exterior. Destaca, en este proceso de ajuste económico, el crecimiento de las exportaciones no petroleras, las búsquedas han pasado de 5 mil millones de dólares en 1982 a 15 mil en 1989 por ejemplo.

 

La importancia de nuestro comercio con los Estados Unidos, siempre ha sido alta, independientemente del régimen comercial vigente en nuestra economía. A finales del siglo pasado, alrededor del 70 por ciento de nuestras exportaciones y el 50 por ciento de nuestras importaciones ya se llevaban a cabo con los estados unidos. En los últimos años la penetración de la manufactura mexicana a los Estados Unidos ha sido notable. Hoy, el 70 por ciento de nuestras ventas a Estados Unidos son productos manufacturados, comparado con el 32 por ciento de hace solamente diez años.Entre 1982 y 1990, las exportaciones de estos productos al vecino país del norte, incluyendo maquila, crecieron al 24 por ciento anual, incluso en algunos sectores, México se ha constituido como el primero, segundo y tercer exportador en importancia para Estados Unidos.

 

Esta experiencia exportadora es un ejemplo de los beneficios que se obtienen al poder combinar insumos a precios y calidades internacionales, con una ubicación geográfica privilegiada.

 

La reciente y exitosa experiencia exportadora mexicana ha requerido del fortalecimiento de la presencia negociadora en los diversos mercados de exportación, especialmente con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos.

 

 

                      F.2. Visión global del Tratado de Libre Comercio.

 

El contexto económico internacional, en el que hoy participa activamente México, se caracteriza por estar inmerso en un proceso de transformación: nuevos participantes se integran; se conforman bloques comerciales; se agravan las políticas proteccionistas internacionales y la ineficacia de las normas del comercio internacional; se acrecienta la competencia en los mercados de exportación y en los flujos de capital; y, se globalizan los procesos productivos y el comercio.

 

Este fenómeno de globalización de los procesos productivos, la cercanía geográfica, la interdependencia en los procesos de producción, la complementariedad en los patrones de ingreso, de consumo y en la dotación de insumos productivos entre México y los Estados Unidos son factores que determinan, de manera importante, los beneficios potenciales que se pueden alcanzar, a través de una mayor interrelación comercial entre estas dos naciones. El Tratado de Libre Comercio en la zona norte del continente pretende ser americano, además, una respuesta oportuna a los cambios que ocurren en el contexto económico internacional. Por la complementariedad de las economías de México, Estados Unidos y Canadá, pero sobre todo de los dos primeros, el Tratado busca aportar grandes beneficios a los tres países,

 

Esta complementariedad se manifiesta, por ejemplo, en la evolución de la industria maquiladora de México. Esta ha propiciado la especialización de los procesos productivos entre ambos países. Estados Unidos provee a esta industria de productos, cuya fabricación es principalmente intensiva en capital, y México se especializa en actividades que, en general, requieren un alto uso de mano de obra.

El tratado pretende:

 

a) Promover un mejor y más seguro acceso de nuestros productos a los Estados Unidos y Canadá;

 

b) Reducir la vulnerabilidad de nuestras exportaciones:

 

c) Permitir a México profundizar el cambio estructural de su economía, al propiciar el crecimiento y fortalecimiento de la industria nacional mediante un sector exportador sólido y con mayores niveles de competitividad, y

 

d) Coadyuvar a crear empleos más productivos que incrementen el bienestar de la población nacional.

 

Para que este Tratado aporte los mejores resultados para México, es preciso, por otro lado:

 

a) Garantizar un acceso permanente y seguro de las exportaciones mexicanas, mediante la mayor disminución posible de aranceles y de barreras no arancelarias, y

 

b) Crear mecanismos justos y expeditos para la solución de controversias bilaterales que eliminen la aplicación de medidas unilaterales.

 

El tratado promueve la conformación de una zona de libre comercio de más de 320 millones de habitantes, al eliminarse gradualmente los aranceles y otras barreras comerciales meramente bilaterales. Esta zona seguramente, a la industria nacional el uso más eficiente de los recursos productivos, aportando mayores niveles de bienestar a la población mexicana, aunque es preciso esperar los resultados.

 

Es evidente que las prioridades de la política exterior de México han ido adecuando a los sucesos tanto nacionales como internacionales, a fin de que el Estado fortalezca su soberanía e independencia frente a naciones marcadamente hegemónicas. Sin duda, una tarea a la que el actual gobierno debe avocarse es la necesidad de buscar fórmulas para evitar una mayor erosión en la fuerza de las Naciones Unidas y otros organismos del sistema, cuya tarea es la de ordenar la vida entre las naciones en condiciones más justas y equitativas.

 

Debemos Tomar en cuenta que en ese objetivo de política exterior, la conveniencia de propugnar por una mejor coordinación de esfuerzos con los países en desarrollo y con los países que, como México, sostienen que la única alternativa para sobrevivir es Garantizar un mundo en paz y con justicia. Quizás el concepto que mejor describe el ambiente internacional que prevalece es el de la reestructuración; reestructurar las economías y actualizar sus sistemas políticos es un fenómeno que viven por decisión propia en este momento mexicanos, japoneses, chinos, norteamericanos, soviéticos, etc. En este sentido, lo mismo debe impulsarse en relación con los organismos internacionales ya que todos, sin excepción, requiere de una reestructuración a fondo;si esto no se logra,

 

Pero, por otra parte, no debemos pensar que el futuro de las relaciones internacionales está centrado exclusivamente en los organismos internacionales;por muchos años más, la relación bilateral con otros países será el mejor mecanismo para conducir las relaciones exteriores, pero nunca una relación bilateral que trate de excluir la acción multilateral, sino al contrario, que tienda a fortalecerla para así retroalimentarse.

 

A la luz de estas consideraciones, creo que hay una serie de matices que reclama nuestra política exterior a fin de enfrentar con éxito los retos del futuro impredecible que nos aguarda en el Siglo XXI:

 

A). partiendo de la premisa de que el ser un país altamente endeudado no nos limita internacionalmente, sino que nos da una capacidad de negociación real en el área financiera que nunca antes habíamos poseído.México continuará utilizando los mecanismos de negociación diplomática, bilaterales y multilaterales, en forma interrelacionada a fin de cumplir adecuadamente con las metas que se fije el gobierno en materia de política exterior, en un mundo cada vez más interdependiente y, al mismo tiempo, fraccionado en multitud de soberanías, siempre fiel a los principios que rigen nuestra actividad internacional, buscando alcanzar el ideal de una verdadera paz mundial con justicia y que como tarea inmediata y prioritaria debe avocarse, en el caso de México, a la solution sobre bases justas y equitativas del problema de la deuda externa que nos agobia y que parece ahora transformarse en un problema eminentemente político, razón de más para conformar nuestras tesis al respecto,Obvio es que este poder debe ser utilizado con la responsabilidad internacional que siempre ha descrito las acciones de política exterior de México.

 

B). Al hablar de las metas de la diplomacia multilateral de México, resulta importante utilizar los medios a nuestro alcance para que, una vez reestructurados los organismos a los que pertenecemos, sea reformas a sus cartas constitutivas oa través de resoluciones negociadas, se busque:  Fortalecer los mecanismos a disposición de los estados, para solucionar conflictos con otros por la vía pacífica y fortalecer la acción que los organismos pueden tomar en la tarea de mantener la paz: c ontinuar en la tarea de tratar de eliminar, o al menos reducir, la anarquía aún existente en las relaciones económicas internacionales, yu tilizar las oportunidades que dan los organismos para captar los recursos y la tecnología necesarios para nuestro desarrollo.

 

C). México no solo deberá mantener su membresía en los organismos internacionales que después de una evaluación muy cuidadosa cumplan con un propósito compatible con el interés nacional, sino que deberá, igualmente, buscar por todos los medios a su alcance y mediante consultas con otros países interesados, su modernización a través de una reestructuración integral de los mismos, a fin de que pueden cumplir con sus objetivos, según los definidos la gran mayoría de sus miembros.

 

D). México continuará rechazando las tesis que a paralizar o limitar la actividad de los organismos internacionales y si bien nuestro país deberá buscar fórmulas, a través de la negociación, de compromiso, no debemos permitir la nulificación de la influencia que los organismos deben ejercer en la búsqueda de soluciones a los principales problemas relacionados con la humanidad.

 

 

 4. Conclusiones.

Hoy es preciso diseñar proyectos integradores lo suficientemente pluralistas como para permitir la independencia de los Estados constituyentes; hoy en día se nos ofrecen múltiples proyectos de integración regional, proyectos frescos que, por cierto, están todavía muy en tiempo de ser estudiados, analizados, negociados, con visión y alejados de actitudes petrificadas y odios histéricos, con el objeto fundamental de definir claramente serán las reglas del juego que normarán su operabilidad para después no hablar de lamentaciones.

 

Señores académicos, señores empresarios y hombres de negocios:

 

Dicto mi máxima: la historia nunca se equivoca, es más, siempre actúa y otorga a cada cuál lo suyo; hablar de “lo económico”, por naturaleza es confuso y es también complejo, no es un rubro fácilmente manejable y quizás por ello en él se hayan presentado siempre, se presenten y se sigan presentando, presumiblemente, todas las coincidencias y todas las divergencias.

 

Nos encontramos ahora ante el impredecible futuro, que retando al rigor académico, nos hace pensar que tenemos frente a nosotros un vasto análisis sobre el que la discusión siempre, por siempre y para siempre, estará totalmente abierta.

 

Gracias por su atención.