[46] Intervención en la Ceremonia de Graduación de la Generación “Formación de Excelencia para un México Sustentable” del Instituto Tecnológico de Jiquilpan.
Jiquilpan, Michoacán, viernes 21 de septiembre de 2007.
Queridos alumnos integrantes dela Generación“Formación de Excelencia para un México Sustentable” del Instituto Tecnológico Regional de Jiquilpan;
Autoridades Académicas;
Entrañable pueblo de Jiquilpan:
Sean mis primeras palabras para agradecer, infinitamente, la alta distinción con que me honran los alumnos que hoy, este viernes 21 de septiembre de año dos mil siete, concluyen una etapa más de un largo proceso de formación que no concluirá sino con la existencia misma.
Porque la vida es aprendizaje permanente, su estancia por esta institución representa, apenas, una página más en la definición de esa cosmovisión que habrá de definir sus conceptos y acciones enmarcados en su proyecto de vida.
Nunca antes nuestros jóvenes se habían enfrentado a tantos cambios políticos y sociales. Nunca antes la educación profesional había sido vista como una estrategia de apoyo efectiva y demandada a nivel mundial. Ahora nuestros jóvenes ya no requieren almacenar información ahora requieren saber procesarla y sobre todo saber construir el conocimiento para dar paso a esas revoluciones científicas de que precisa el mundo.
Hoy, en el marco de esta ceremonia de graduación, hago propicia la ocasión para exhortarles a que se entreguen en el futuro que les aguarda con toda su razón, talento y energía por las grandes causas que trascienden y dignifica al hombre; a que se aferren a la disciplina en la que se han formado pues solo con ella tendrán la extraordinaria oportunidad de ser útiles a su sociedad y les dará, además, la determinación necesaria para encaminar toda su fuerza y voluntad, alineadas correcta y honestamente, hacia el alcance de objetivos claros y concretos.
En el marco de este gran momento, visible a la luz de sus legítimos esfuerzos, es preciso que ustedes, todos por igual, vean a su alrededor para rescatar esas vivencias y aquéllas circunstancias que fueron determinantes y trascienden ahora ya en su conciencia como inolvidables y decisivas en la configuración de su acervo histórico.
Ahí aparecerán las figuras de sus compañeros de grupo, ahí la de sus maestros y formadores y ahí también, y desde luego, la de dos seres que indudablemente aportaron no solo la genética sino la fortaleza de aceptar su paternidad con responsabilidad y profundo amor para traerlos hasta aquí, hasta este Auditorio, a vivir este momento que ya será, bajo toda circunstancia, página importante en el libro de sus vidas.
Por ello, les convoco a que valoren de manera muy especial ese esfuerzo extraordinario que han hecho sus padres; porque sin ellos no es posible transitar en este doloroso pero bello trance que es la vida, porque ellos constituyen el estimulo suficiente de la mañana al inicio del día, y el calor amoroso cuando éste concluye, yo les pido, a quienes aquí los tienen, que les regalen esta tarde lo que para quien me diera la vida fuera, como siempre me lo dijo: “el abrazo más grande del mundo”; porque ellos llenan todo espacio y toda esperanza, es momento de decirles al oído y al corazón, “gracias por tanto”.
Vaya entonces para ustedes, padres de familia, mi mas profundo reconocimiento y un fraternal abrazo, que Dios los bendiga por siempre.
La obtención de una educación superior es una inversión que reditúa beneficios para toda la vida. Las personas que como ustedes tienen una educación superior cuentan, a diferencia de otros sectores, con mejores oportunidades de empleo, pueden aspirar a mejores condiciones de vida y desarrollar destrezas y conocimientos que perduran. Por ello, es inobjetable el enorme compromiso que tienen ahora con nuestra sociedad.
Hoy, el papel normal que juega la juventud preparada en la sociedad es el de dinamizar el cuerpo social y el fortalecimiento de la patria la que requiere de hombres y mujeres con los perfiles necesarios para servirle, pero nunca jamás a ese experto en todo y especialista en nada que confunde y antepone el interés personal con las máximas aspiraciones de su pueblo.
Yo quiero decirles a ustedes esta tarde, también, que crean en la libertad y la justicia; sólo la libertad, les permitirá saberse dueños de sus propias circunstancias lo que es el equivalente a actuar tras conocer el complejo mundo que les rodea; la libertad exige siempre de la justicia porque, básicamente, donde hay justicia, estoy seguro, no hace falta pedir libertad.
Que emprendan siempre sus esfuerzos poniendo en ellos todas las fuerzas del alma.
Que respeten la vida en cualquiera de sus manifestaciones pues ella es la máxima expresión de una obra suprema que ha sido puesta en nuestras manos para su preservación y engrandecimiento.
Recuerden siempre que en México, como en muchas partes del mundo, aún hay una guerra pendiente que ningún mandatario u hombre de ciencia han querido emprender y que nosotros tenemos el compromiso de librar: la guerra contra la injusticia, la guerra contra el hambre, la guerra contra el analfabetismo, la guerra contra la insalubridad, la guerra contra la inseguridad, la guerra contra la discriminación, la guerra contra la corrupción, la guerra contra el intolerable abuso de autoridad y la distribución desigual de la riqueza, la guerra contra el egoísmo y, por sobre todas las cosas, la guerra contra la guerra misma.
Opónganse siempre al uso del progreso para la destrucción, a las ideologías extremas, a los falsos liderazgos, a la ilegitimidad y a quienes impiden abrir las puertas al futuro y orientan al mundo hacia el retroceso; impulsen los cambios de actitudes y aptitudes que hagan posibles las grandes transformaciones estructurales; luchen, desde cualquier trinchera y desde su propia concepción del mundo, para dar a tus semejantes la fe y la esperanza necesarias para que puedan mirar al mundo con calma y ojos serenos.
De igual forma estoy consiente de que, para México, aún quedan retos muy importantes, pero estoy plenamente convencido del compromiso de los jóvenes como ustedes para continuar en una dinámica de esfuerzo y entrega para brindar mejores alternativas de desarrollo para esta patria.
A ustedes les expreso mi felicitación calurosa y los exhorto a continuar por ese camino de esfuerzo extra, dedicación, compromiso y despliegue de capacidades y talento en la búsqueda de la mayor calidad posible en su formación y en sus labores académicas. Jóvenes egresados de este Instituto Tecnológico de Jiquilpan, este logro tan importante en su trayectoria académica hace de ustedes un orgullo para su familia y para nuestro país.
Les reitero mi humilde amistad y mi convocatoria para que, en lo sucesivo, conjuguemos esfuerzos desde la postura individual y colectiva, y sí lejos de cualquier óptica demagógica o actitudes petrificadas fincadas en las intolerancias ideológicas, para que nuestra voz sea propuesta que refleje nuestro compromiso con nuestros afanes, causas y, también, con nuestro pueblo que aguarda aún por las acciones que den cumplimiento a sus aspiraciones y den forma a ese modelo de sociedad al que aspiramos todos los mexicanos.
Por ello les propongo esta tarde, a que esta Generación se constituya en una Asociación Civil, bajo la denominación que ustedes definan, previa la integración de un Consejo, elegido por ustedes, a efecto de que juntos emprendamos múltiples esfuerzos, en lo académico, en la promoción de proyectos de beneficio comunitario de acuerdo a sus respectivas formaciones académicas y, desde luego, de desarrollo profesional. Necesito su fuerza, necesito su decisión y juntos, iremos, en lo sucesivo, a promover con autoridades nacionales, e incluso de otras naciones, aquéllos rubros que, desde su propia iniciativa joven, altamente imaginativa, sean de su mayor interés y prioridad.
Sólo de esa manera podremos ser consecuentes con ese México sustentable que ustedes proponen y que indudablemente es una de las máximas prioridades del Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa y una legítima aspiración del pueblo de México.
Jóvenes egresados: México espera por su intervención en el diseño de su destino. México aguarda por sus decisiones en el tenor de los mejores profesionistas y ciudadanos; México espera que tamicen en las ideas y los principios generales para hacer con ellos la reforma que precisa nuestra realidad nacional. México y el mundo esperan que se conviertan ustedes en una conciente y permanente asamblea de ideas.
Con toda certeza la única idea que cruza ahora por sus mentes es la interrogante de ¿Qué sigue después de esto y a quien le toca hacerlo? Les dejo a ustedes como representantes del futuro inmediato de esta patria elegir cual debe ser la respuesta.
En tanto, abran ya esa puerta al futuro. Ahí donde están las esperanzas para alcanzarlas.
Ahí donde está el destino para hacerlo nuestro.
Ahí donde están nuestros sueños para realizarlos.
Ahí donde están los recuerdos de quienes fueron nuestros y ya no están para llenarnos de su ejemplo.
Ahí donde convergen nuestros afanes y causas para ser consecuentes con ellos.
Ahí donde estaré yo mismo siempre presente para brindarles mi humilde amistad y mi incondicional presencia.
Que Dios les bendiga por siempre.♦