Discursos

[40] Intervención para manifestar el posicionamiento del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la Reunión de Trabajo de la Comisión de Relaciones Exteriores con la Canciller Patricia Espinosa Cantellano.

 

Salón de Protocolo, Palacio Legislativo de San Lázaro, miércoles 21 de febrero de 2007.

 

 


Señora Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores;

 

Compañeros legisladores integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores:

 

Las nuevas condiciones en el contexto internacional arrojan escenarios inéditos ante los cuales es importante que México plantee, de manera consistente y moderna, su política exterior y la estrategia de sus relaciones diplomáticas.

 

Con base en su basta y generosa tradición de política exterior que comprenden valores universales plasmados en nuestros principios constitucionales, México debe formular una estrategia internacional propositiva y con sentido de honesta autocrítica.

 

Ello nos permitirá comprender mejor esta nueva realidad y convertirnos en un país referente, cuya mira sea colaborar en la construcción de un mundo mejor.

 

La política exterior es un mecanismo fundamental para alcanzar en forma responsable y activa los objetivos y aspiraciones de la nación. Es el conjunto de proposiciones, actitudes, decisiones y acciones para proyectar el interés nacional fuera de nuestro territorio.

 

Es un proceso en el que intervienen diversos actores y condicionantes. Nuestra fuerza ante el exterior debe ser la unidad de todos los mexicanos.

 

En el propósito absoluto de concretar un proyecto común, claro y muy específico, debemos traducir nuestra pluralidad democrática en consensos de política exterior.

 

Hemos de ir reafirmando nuestra trayectoria democrática y también sumarnos a las nuevas potencialidades que genera la modernidad, y las construcciones económicas y políticas que se han aplicado en los últimos años.

 

No podemos ignorar que lo que sucede más allá de nuestras fronteras tiene un impacto directo en las vidas de millones de mexicanos.

 

Ahí está la gran lista de temas que debemos de afrontar. Las mismas amenazas a la seguridad internacional; los grandes efectos del deterioro al medio ambiente y sus secuelas en el ámbito climático; el flagelo del crimen organizado internacional trasnacional; la competencia por los flujos de inversión y capital y el unilateralismo de algunos actores en el sistema internacional.

 

La agenda, desde luego, es intensa y de enormes desafíos.

 

Para nuestro grupo parlamentario ha sido alentador escuchar su planteamiento para vincular la política exterior con las tres grandes prioridades nacionales: mejorar la seguridad, generar empleos y sacar de la pobreza a millones de compatriotas.

 

Usted ha planteado una política exterior que promueva activamente el desarrollo de México, que atraiga inversiones, que impulse las exportaciones, proyecte nuestra cultura, contribuya a que vivamos en un país y en un mundo más seguro y que se valga de la cooperación internacional para lograr más dignidad y justicia en la comunidad internacional.

 

Me parece que enla Cámarade Diputados debemos apoyar este esfuerzo.

 

Pero vale la pena resaltar que los sucesos políticos en América Latina como nuestro espacio de relaciones internacionales más cercano, obliga al Estado mexicano a replantear una política de acercamiento con toda la región.

 

Nunca la confrontación será la vía de resolución de diferencias, pero la disposición al diálogo tampoco ha de confundirse con debilidad o falta de resolución.

 

Por eso, es perentorio encontrar definiciones precisas, apuntalarlas y sin recelos expresarlas como la honesta y transparente manifestación de nuestras convicciones.

 

Por nuestras raíces histórico culturales y por el interés de la nación es imposible renunciar a la identidad latinoamericana que es consustancial a nuestro ser mexicano.

 

La fuerza de nuestra cultura no sólo se resiste al embate de costumbres del extranjero, sino que se proyecta más allá de nuestras fronteras.

 

Lo primero es reconocer que el mapa político de la región latinoamericana se modificó y que han surgido nuevos e importantes protagonistas.

 

En este caso, Cuba merece nuestro mayor respeto y solidaridad, pero tampoco podemos soslayar la necesidad de superar escollos, problemas y confusiones, con base en un genuino espíritu de diálogo sustentado en una sana vida diplomática.

 

No debemos enterrarnos mientras el mundo compite y avanza, debemos prepararnos en lo interno para ser más eficientes y salir a competir y a ganar en beneficio de los mexicanos.

 

Unirnos para proyectar nuestra voz en los foros multilaterales y hacernos escuchar en los grandes temas globales. Ser un actor respetado y ocupar nuevamente todos los espacios que se nos presenten.

 

Nuestra política exterior debe hacernos un interlocutor confiable, respetable, seguro y moderno ante el mundo.

 

En los nuevos conciertos de la geometría política internacional México debe trabajar ya para encontrar mecanismos para reencontrarse con todos países del mundo.

 

No hacerlo significaría dejar de aprovechar las oportunidades para atraer inversiones, generar empleos y en última instancia apoyar el esfuerzo nacional de reducir la pobreza.

 

El mundo exige a todos los países adaptarse a condiciones de competencia global, formular una política exterior que pierda de vista esta realidad o que se aparte del interés nacional, además de ser una equivocación política, sería un error del que darían cuenta inevitablemente las delatantes páginas de la historia.

 

Muchas gracias.