[258] ¿LO MAS IMPRESCINDIBLE?... EL HOGAR
Felipe Díaz Garibay
Retomado del texto “Así es la vida según Gandhi”
Parte 16
Columna "Una voz en el silencio", semanario "Noticias Cuarto Poder" de Sahuayo, Michoacán, México, domingo 25 de septiembre de 2016.
Si nos preguntáramos cuál es una de las principales razones de la tremenda descomposición social que vivimos en nuestros días, sin lugar a dudas encontraríamos que es en el hogar donde se encuentra la raíz a tan grave problema.
Y es que ninguna otra institución podrá suplir la tarea que llevan consigo el hogar y la familia.
En otrora tiempos se confió en la escuela, las iglesias o en la labor estatal como hacedoras de buenos principios, pero en nuestros tiempos las cosas han cambiado mucho y, lamentablemente, para mal. El hogar no son las paredes que conforman una casa habitación, no lo es tampoco lo mucho o poco que pueda brindarse a sus habitantes dentro de ella, el hogar es más que eso. Es necesario entonces saber distinguir muy bien entre casa y hogar.
La casa es solamente el espacio físico donde se hospeda el hogar y éste último está conformado por las relaciones de quienes habitan ese espacio físico; el hogar se construye con amor, comunicación, valores y educación de una familia; la definición más exacta de un hogar referirá al sitio donde se enciende el fuego del amor fraternal en una casa, el refugio para el cuerpo, el alma y, desde luego, la vida privada, lo que explica que una casa sin ese fuego que da el amor fraterno no sería, ni en lo más mínimo, un hogar.
Hasta ahora no pude encontrar, por ningún lado, opiniones que no confundieran ambos conceptos, casa y hogar les parece lo mismo y no se alcanza a visualizar el alcance real del segundo que implica la consideración de otras dimensiones. Aquí es necesario dejar claro que bien podemos gozar de una construcción fuerte, ventilada, con buena iluminación, construida con materiales adecuados para resistir tormentas, sismos o cualquier otra tempestad, pero si en sus cimientos no hay lazos de amor, unión, respeto y valores, de nada servirán sus paredes firmes. Y es que esos valores se proyectan en la clase de formación que toman los que en el seno de ese hogar conviven.
Desafortunadamente en nuestros días no todos los hogares están en condición de formar, de dar principios porque en su seno conviven padres que no han sido educados para ser tales e hijos que sufren el mismo problema.
Y de pronto sucede que los padres de familia confunden el papel que tienen esas instituciones en cargadas de enseñar y me refiero a las escuelas, delegan a ellas un papel que es exclusivo para la familia y que es, justamente, educar; el término “escuela” ha sido mal interpretado y atribuyen a la escuela las funciones que competen la familia. En nuestros tiempos se ha olvidado por completo que ser padres lleva consigo la enorme responsabilidad de formar personas, de dar forma a seres humanos; desafortunadamente las familias de hoy viven una crisis de autoridad tal que se olvidan de ejercerla; las separaciones, la falta de tiempo en familia para inculcar valores o la repetición de modelos de nuestros antecesores han provocado que a las aulas lleguen alumnos sin disposición, con falta de actitud para aprender.
Y es así que nos encontramos con la tremenda realidad, que hasta hoy poco se ha comprendido o asumido de manera responsable, de que la escuela enseña pero no educa, pues este último atributo –el de educar aclaro- corresponde necesariamente a la familia, al hogar entonces.
El hogar es un elemento imprescindible porque la formación de los hijos comienza con la educación que dentro de él le brindan sus padres, es en el hogar donde el ser humano aprende de la convivencia, el respeto, la tolerancia, hábitos, modales, autoestima, autoridad y amor; las escuelas requieren que los alumnos lleguen con capacidades sociales desarrolladas desde el propio hogar para que pueda estar en posibilidades de desarrollar sus capacidades cognitivas.
La escuela es sólo un eslabón en la formación de personas y jamás constituirá el único lugar para educar.
La escuela enseña al ser humano, promociona aprendizajes significativos pero el hogar y la familia educan en valores y es por ello que se hace necesario que los alumnos lleguen con un cúmulo de hábitos y capacidades sociales desarrolladas desde el imprescindible hogar; sin lugar a dudas ello le permitirá con mayor facilidad y sin obstáculos prepararse con los mejores elementos para saber pensar de manera racional y para plantear de la mejor manera la solución de esos problemas que, en la vida, no admiten soluciones simples, unívocas o pre elaboradas con fundamento en experiencias ajenas.
En conclusión, siendo casa y hogar conceptos diferentes, la fusión de ambos es la mejor mezcla para hacer de cada individuo una pieza clave para construir una mejor sociedad. Mis queridos lectores esta es la diferencia entre casa y hogar.
Si tenemos un hogar, debemos trabajar día a día para hacer de éste una construcción firme, si somos de los que gozamos de una casa pues hay que valorarla porque, en efecto, hay muchos hogares que carecen de una casa pero, también y con frecuencia, hay muchas casas dentro de las cuales no habita un verdadero hogar.
Nos veremos la próxima semana si la gracia infinita de Dios nos lo permite. Les abrazo.♦