[215] ¡BOTIN A LA VISTA!
Felipe Díaz Garibay
Columna "Ventanas al Pensamiento", semanario "Vox Populi" de Sahuayo, Michoacán, México, domingo 14 de diciembre de 2014.
“No tiene la culpa el indio sino quien lo hizo compadre…”
-Del refranero popular-
Si en el ejercicio público los servidores, tanto electos como designados, se movilizaran como lo hacen en los periodos de precampaña, otra historia sería. Pero como servir a sus pueblos es lo que menos les importa y a éstos últimos tampoco ejercer sus legítimos derechos ante quienes detentan la autoridad, así entonces la situación se complica.
Y es así que desde hace algunos meses iniciaron las movilizaciones, tomando ahora su punto de auge, de quienes aspiran a ocupar múltiples cargos. Aparecen las llamadas “casas amigas”, las madrigueras, los escondites, los tugurios desde donde se pacta, se amarra, se opera y se arman los rosarios de impunidad; desde luego no faltan las caravanas que de manera subrepticia ya caída la noche acceden a los centros de reunión donde se construyen las aspiraciones de unos y se destruyen los sueños de otros, son los espacios donde se reparten las rebanadas del pastel y donde se proyecta la forma en que se habrán de satisfacer los intereses de pocos y se mandarán al basurero de la historia las legítimas aspiraciones de los abandonados pueblos.
Me queda claro que no es precisamente el interés social el que prima en las agendas de esas sendas “tenidas” donde lo menos que se puede oir son las formas como se habrá de sacar de escena a los opositores y los mecanismos a través de los cuales se habrán de distribuir entre los allegados, los amigos y los de confianza, las sendas plusvalías que deja el servicio público.
Pero el interés popular jamás.
En este momento de los actos previos el pueblo estorba; en esas mesas de negociación y arreglos no tienen ni pueden tener cabida los clamores sociales pues ellos, si acaso aparecen, será tan sólo en el pronunciamiento electorero, momento en que los tradicionales serviles aclaman y las denominadas “figuras públicas”, abyectas por naturaleza, entablan diálogos con Dios y levitan al grado que Teresa de Calcuta, frente a ellos, es aprendiz de alma solidaria y caritativa.
Las campañas políticas a la mexicana, y sobre todo en nuestra región Ciénega de Chapala, adquieren características sui generis. En ellas cualquier argumento para convencer es útil, siempre y cuando sea mentira y logre impactar en las sedientas almas a quienes se dirigen, y es entonces cuando se anuncian grandes obras de infraestructura para detonar el crecimiento del país, no le ponen límites a su fantasía y llegan al delirio: ferrocarriles modernos, autopistas millonarias de altas especificaciones en las que se reparten fortunas entre contratistas y quienes asignan mediante adjudicaciones directas los proyectos, distribuidores viales, segundos pisos, desarrollos regionales, agroindustrias, etcétera, etcétera. Pero lo que olvidan muchos de sus promotores, es decir muchos de los políticos que acá se mueven, es que como políticos padecen el llamado “síndrome de Zacazonapan”, que se traduce en una visión pueblerina de lo que es el desarrollo nacional
He tenido la fortuna, y también la desfortuna en algunos casos, de conocer y tratar a la gran mayoría de individuos que hoy, por ejemplo, se debaten entre la vida y la muerte en la búsqueda de ser merecedores de la confianza de las dirigencias y militancias de sus respectivos partidos que, en lo interno, les permita representarles en la “cena de negros” que habrá de ser el proceso electoral que se avecina. Conozco desde luego a otros más en ejercicio de encargos cuyos nombres ni merece pronunciar pues tanto como los otros son plumas de la misma ala.
Y es que en nuestra región, por ejemplo, habrá de tomar matices que ni el mismo José Fouché, el genio del terror, podría haber imaginado en sus novelas. Se ve venir. Y será así porque cuando ya no hay tela de donde cortar, se recurre a los harapos para armar las grandes tramoyas.
Nuestra región, nuestra entidad federativa y el país entero vivirán en el 2015 una elección que habrá de ser el cedazo que filtrará los ánimos populares y podremos ver, entonces, los aciertos y desaciertos, los consensos y disensos y el claro diagnóstico de los resultados que tanto han alardeado gobiernos de todos los niveles, de totas las doctrinas y también de todas las ideologías.
El pueblo podrá darse cuenta, entonces, que todos al unísono son polvos de los mismos lodos.
Hace algunos días, la paz de la calle donde se encuentra mi lugar de residencia habitual en esta región Ciénaga de Chapala se vio interrumpida ya caída la tarde por el tránsito frecuente y casi ininterrumpido de una caravana de vehículos donde se transportaban varios de los líderes y figuras públicas de mi municipio; me quedé perplejo no por la cantidad de unidades sino por la calidad, moral sobre todo, de muchos de sus ocupantes.
Algunos, habiendo estado en la escena del servicio público, buscarán repetir la aventura como una manera de perpetuarse en las formas, los modos y los fines. Otros jugarán al aprendiz, al “echando a perder se aprende”, de lo que nunca podrán ser y, otros más, no pasarán de formar sólo parte de la eterna lista de nada favorecidos seguidores cautivos y serviles que son útiles sólo de manera circunstancial y cuyas dignidades son arrojadas a la alcantarilla por sus malagradecidos líderes.
El 2015, será una obra que puesta en escena lleva consigo el silencio de miles y miles de muertos y desaparecidos en una guerra que, iniciada desde el pasado régimen con saldos muy dramáticos, jamás pedimos los mexicanos.
Será una puesta en escena presentada a un pueblo lastimado que ha sido víctima de la violación permanente a los derechos humanos; será una trama armada en un contexto que es la consecuencia trágica de la inexistencia de un Estado de derecho, de la corrupción, de la impunidad, de la injusticia, de políticas económicas erráticas; de reformas estructurales que son balas contra los que menos tienen y me refiero a esas grandes mayorías silenciosas.
Y llega en el marco del cambio de nombre a una institución electoral que se dice es referente a nivel mundial pero no es otra cosa que el resultado del aguante y la resignación de una sociedad indiferente ya al sin fin de instituciones podridas.
Movilizaciones y más movilizaciones, encuentros y más encuentros, puertas cerradas, grupos secretos, sólo dejan claro que, dígase lo que se diga, el proceso electoral iniciado el pasado mes de octubre y que culminará pasada la mitad del año venidero, no será otra cosa que el resultado del sin fin de acciones encaminadas a la obtención de los mejores espacios para hacer suyo el botín que está a la vista.
Nada ha cambiado, nada cambiará.
Conozco al monstruo en sus entrañas y lejos de jugar al adivino puedo prever que el 2015 traerá consigo una interminable lista de representantes populares que serán hijos de la traición pues, llegado el momento, pondrán por encima sus propios intereses y los de sus grupos al interior de sus partidos y subordinarán los de los pueblos que los hayan elegido y, por ende, pondrán bajo tierra los intereses de la patria misma.
Hasta la próxima si la Gracia de Dios me lo permite.♦