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[202] EL STATUS DE LA PRESENCIA DE MEXICO EN EL EXTERIOR

 

Parte 1

 

Felipe Díaz Garibay

 

Columna "Ventanas al Pensamiento", semanario "Vox Populi" de Sahuayo, Michoacán, México, domingo 24 de agosto de 2014.

 

 

 

A diferencia de muchas naciones del mundo, donde la política exterior se diseña desde una visión eminentemente pragmática, la de México se fue formulando de acuerdo a su propia experiencia histórica, misma que le dieron a nuestro país principios que fueron el resultado de la constante lucha por mantener la integridad del territorio nacional, así como la autonomía frente al exterior.

 

La política exterior de México está, entonces, íntimamente ligada a sus acontecimientos históricos y  sin lugar a dudas uno de los cambios más trascendentes en la actuación internacional mexicana fueron propiciados por la política económica de México cuando ingresó al GATT en 1986, lo que abrió el camino a la apertura económica del país lo cual fue significante para las relaciones internacionales de México. Sin embargo no todo fue coronado por el éxito y los buenos resultados.

 

Con la crisis de la deuda en América Latina y el fracaso del modelo económico mexicano, tomaron parte importante en la escena los cambios en el modelo económico. La apertura al comercio internacional y un modelo neoliberal integraron a México a los mercados mundiales.

 

En el ámbito internacional la caída del muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría modificaron la estructura internacional, que pasó de una bipolar rígida, a una unipolar un tanto más flexible. Además, la derrota del comunismo implicó  una posición de preponderancia del capitalismo en su versión neoliberal; el “consenso de Washington” fue la receta, en especial para América Latina.

 

Haciendo un recuento histórico, vemos que las principales acciones de política de comercio exterior que se aplicaron por el Estado mexicano de 1970 a la fecha. Comienzan a darse en el mandato de Luís Echeverría Álvarez de 1970 a 1976 en donde se creó el Instituto Mexicano de comercio Exterior para encargarse de promover y fomentar el comercio exterior del país, se impulsó, a partir de 1972, la importación de alimentos como maíz, frijol, leche y oleaginosas, ya que la producción interna no alcanzaba para satisfacer las necesidades de la creciente población. A pesar del estímulo a las exportaciones, las importaciones crecieron más rápidamente debido a las necesidades internas de insumos, maquinaria y equipo del extranjero. El déficit comercial acumulado de los seis años fue de 13,320.6 millones de dólares. Grave desde cualquier enfoque.

 

Se promovió, entonces y en el ámbito internacional, la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, que pretendía impulsar un nuevo orden económico internacional, aunque no tuvo  mucho éxito. Se establecieron y fomentaron nuevas relaciones comerciales por medio de acuerdos y misiones en diversos países, con el objeto de diversificar el comercio exterior donde se realizaron acuerdos con Japón, Gran Bretaña, Unión Soviética y China. También se promovió la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) con el fin de alentar la cooperación económica entre los países de América Latina. Se impulsó la creación de la Naviera Multinacional del Caribe con el fin de transportar las mercancías de los países del Caribe y México, esto permitió disminuir costos de fletes y transportes.

 

En el mandato de José López Portillo de 1976 a 1982 se impulsó y promovió la exportación de petróleo y gas. Nunca antes se había percibido tan clara la tendencia a petrolizar la economía mexicana y su ejercicio de ingresos y egresos. En general, la actividad económica del país se había orientado a la explotación petrolera para exportación. Así, en 1977, 26 % de las exportaciones provenía de la industria petrolera, porcentaje que aumentó hasta el 15% en los últimos años del periodo.  En promedio anual, las exportaciones petroleras representaron 53.8% de las ventas totales al exterior durante el sexenio. Se plantearon entonces políticas básicas sobre el comercio exterior que pretendían: utilizar el petróleo como palanca de nuestro desarrollo económico y social canalizando los recursos que de él se obtengan a las prioridades de la política de desarrollo así como establecer una vinculación eficiente con el exterior, que estimule la modernización y eficiencia del aparato productivo. Durante el gobierno de López Portillo se pudo ver que aumentaron los permisos de importación para productos que antes estaba prohibido comprar en el extranjero, sobre todo bienes prioritarios, a la vez que se promovió una nueva ley aduanera que facilitaba los trámites de importaciones temporales y disminuyó el número de fracciones que requerían permiso previo.

 

Para el mandato de Miguel de la Madrid Hurtado de 1982 a 1988 se instituyó el Plan Nacional de Desarrollo en el cual se plantearon las siguientes políticas comerciales:

 

impulso a la producción comercial; fomento a las exportaciones no petroleras; creación del Programa de Desarrollo Industrial y Comercio Exterior; reordenación del sistema de permisos de importación y un sistema arancelario; simplificación a trámites para importaciones y exportaciones y, a la vez, se iniciaron gestiones para que México ingrese al GATT para el desarrollo del libre cambio y para eliminar el proteccionismo.

 

El sexenio de Carlos Salinas fue fundamental para reorientar la política exterior mexicana. Su ambicioso programa de reformas económicas terminó afectando también las relaciones internacionales del país. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) modificó no sólo la estructura de importaciones y exportaciones sino la forma en que se concebía México en el mundo: la identidad norteamericana pesaba más que antes, en detrimento de la correspondiente a América Latina. La tradicional política exterior idealista, basada en principios pasó a ser una más pragmática, basada en intereses  (Garza, 1994). Sin embargo, es necesario aclarar que durante el sexenio salinista no se descuidaron del todo las relaciones con el resto del mundo pues pudo observarse que: se modificó la estructura arancelaria; se instauró el Programa Financiero Promocional del Banco de Comercio Exterior con el objeto de reducir la transferencia de recursos del exterior; se emitió una nueva Ley de Comercio Exterior para fomentar las exportaciones; la apertura comercial provocó que las importaciones crecieran más que las exportaciones, lo que arrojó un saldo deficitario de la balanza comercial; México continuó participando en el GATT, a pesar de que ello provocó problemas para industrias como la textil y la del calzado; muchos productos importados eran de dudosa calidad e incluso tenían precios más altos que los nacionales; se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) que entró en vigor el 1º de enero de 1994, el cual significó una mayor integración subordinada al país del norte, ya que las condiciones del acuerdo son desfavorables para México debido a que las nuevas políticas siguieron un modelo de crecimiento hacia fuera, basado en una dinámica dependiente del exterior, con consecuente descuido del mercado interno; se reordenó el sistema aduanero con el objeto de facilitar los trámites del comercio exterior; México ingresó a la Conferencia de Cooperación Económica del Pacífico en el cual participan 15 países del área.

 

La nueva política comercial durante este sexenio tenía como objetivos fundamentales fomentar las exportaciones no petroleras, garantizar el acceso de las exportaciones mexicanas a los mercados mundiales, uniformar la protección efectiva a las industrias básicas, eliminar las restricciones arancelarias. (Continuará)