[135] EL MEXICO QUE ESTA PENDIENTE
Parte I
Felipe Díaz Garibay
Semanario "Vox Populi" de Sahuayo, Michoacán, México, domingo 20 de enero de 2008.
La posibilidad de que en México se pueda acelerar el desarrollo y elevar el bienestar de las personas dependerá de que se incremente la productividad mediante la instrumentación de las reformas estructurales que se encuentran pendientes. Toda Sociedad que se estanca a vivir en el dogmatismo jurídico-político es una sociedad condenada a la petrificación y cancelación de toda posibilidad de crecimiento. Las sociedades son cambiantes, esa es una regla que no puede soslayarse por el contrario debe ser tomada en cuenta como el punto de arranque en el diseño y rediseño social que reclama la actualidad.
Ese es el reto de nuestros tiempos: encontrar los mecanismos que nos permitan ser consecuentes con el futuro que ya nos ha alcanzado. Justo ahí se ubica la importancia de inducir, ya y de una vez por todas, las reformas estructurales que nuestro país reclama; todas y cada una de ellas deberán contribuir a elevar la eficiencia de las personas y de las empresas, pero el impacto más definitivo es el que deberá lograrse sobre la productividad del país es decir: en este ámbito del desarrollo en el cual México viene padeciendo en mayor déficit.
México sufre un rezago, ello no puede ocultarse. Los Reportes de Competitividad del Foro Económico Mundial nos hablan, por ejemplo, que a principios de siglo, específicamente entre el 2001 y 2002, de un total de 75 países México pasó del lugar 34 que ocupaba en 1996 al 43 en 2001. La brecha del crecimiento se nos fue alejando paulatinamente, lo que quiere decir que otros países nos están ganando la carrera; que otros han hecho los cambios que aquí están pendientes de realizarse.
Y están pendientes no por desconocimiento de su imperiosa necesidad. Están pendientes por la cerrazón política que, por regla, han mantenido algunos grupos políticos del país, ya sea por evitar que otro se lleve el crédito de haber logrado los consensos, ya por que afectan el interés si no nacional si de algunas importantes firmas, o ya porque para muchos el futuro representa solo una reflexión intemporal a la que jamás han dado importancia.
De la lista de reformas pendientes me permito mencionar sólo algunas que considero indispensables.
Todas y cada una de ellas son claves para el futuro económico de México y aún cuando ya se han realizado importantes pasos en la confección de estas reformas, importantes aspectos en su seno han quedado pendientes. Pasemos a ello.
a). Reforma Fiscal.
Se trata quizás de la prioritaria y la más urgente entre las reformas pendientes. México requiere de una reforma fiscal a fondo porque los ingresos del erario padecen de dos debilidades crónicas: su insuficiencia y su volatilidad. Respecto a lo primero cabe señalar que México tiene una recaudación tributaria a un nivel parecido al de Honduras (16%) y muy por debajo de Chile (24.4%), Costa Rica (23%), Panamá (24%) y de Bolivia (20.8%). La brecha es verdaderamente abismal pues mientras la relación en México de ingresos tributarios al PIB llega tan sólo a 15.2 por ciento.
Por su parte, la volatilidad de los ingresos fiscales proviene de que éstos dependen en aproximadamente una tercera parte de los ingresos petroleros los cuales están sujetos a su vez al volátil e impredecible precio del petróleo.
La vulnerabilidad del país es por tanto muy elevada. Así, resulta inaceptable que la inversión pública de México esté subordinada a los problemas estratégicos entre los países del Oriente Medio, al clima en el hemisferio norte o la intensidad del tráfico automovilístico. De no lograrse la reforma fiscal a conciencia, absoluta, plena y con gran visión de futuro, lo primero que puede ocurrir en el orden general es que tienda a debilitarse el marco macroeconómico, con todas sus inevitables consecuencias: tasas de interés más elevadas para las pequeñas y medianas empresas afectando la conveniencia que existe de que repunte el mercado interno; en cuanto a los servicios públicos, el gobierno no dispondrá de recursos suficientes para atender tres líneas de acción indispensables como son la educación, la salud y la seguridad social; de igual forma se verá deteriorada la infraestructura del país tan necesaria para mantener la competitividad.
Indudablemente se han dado importantes pasos en la confección de esta tan necesaria reforma estructural, pero aún quedan pendientes importantes aspectos de ella y quedarán siempre con cada esfuerzo toda vez que las sociedades son cambiantes y coyunturalmente cada momento histórico requerirá de nuevos y distintos ajustes y reformas. Las sociedades exigen y no saben, o no quieren saber, de donde proceden los recursos; resolverlo todo con el empréstito internacional ya no constituye la salida. Indudablemente el aspecto que estará siempre pendiente para el caso de México será, y siempre lo he alegado, es el de la creación de una cultura tributaria sólida en la que todos los mexicanos sepamos que significa el tributo y cual es el verdadero destino de éste. (Continuará)♦