[102] CRUZADA DISTRITAL POR LA DEMOCRACIA. NOTAS PARA UN HISTORIA INTEMPORAL
Felipe Díaz Garibay
Candidato del Partido Acción Nacional a Diputado Local por el IV Distrito Electoral del Estado de Michoacán, con cabecera en Jiquilpan
Parte III
Semanario “Tribuna de Sahuayo, Michoacán, México, domingo 3 de octubre de 2004.
Candidatos, figuras, nombres, pleitos
La tercera semana de mi campaña transcurre con múltiples sorpresas, algunas nada gratas; he podido percibir que el golpeteo entre partidos, incluso en el seno del mío, es verdaderamente alarmante. Creí que las cosas habían cambiado, pero tristemente constato que aún carecemos de civilidad, sobre todo cuando de jugársela por el poder se trata.
Los malos gobiernos se gestan desde los mismos procesos electorales, es más desde el momento de la designación de candidatos, muchos de los cuales pierden totalmente el piso desde el instante mismo en que son nominados como tales. Imagínense ustedes si son elegidos en las urnas como los “representantes” populares, ¡pobres pueblos! Aquélla vieja reflexión aristoteliana que establece que el hombre es un “animal” político bien encaja en nuestros tiempos, aunque debo aclarar que, ahora, muchos políticos son menos que animales; no tienen la menor sensibilidad ni el menor respeto ni siquiera hacia sí mismos, no digamos hacia sus pueblos, hacia sus contrincantes e incluso hacia sus mismos “compañeros de partido”.
Qué lamentable de veras, qué terrible situación estamos viviendo ahora. El IV Distrito ofrece mucho de esto, y yo no me pregunto porqué esto sucede, porque esto se suscita, sino más bien porqué los pueblos tanto soportan.
Muchos dirigentes emanados del pueblo, tal y como lo manifiesto en mi “Testamento Político” , pierden la proporción de la realidad y paulatinamente se marean con el poder, creen que ese carisma, que han logrado gracias a la capacidad de movilización de sus partidos, se lo han ganado por su sapiencia o aptitud; ellos sienten el mareo del poder desde el momento en que se suben al ladrillo de la postulación; imaginemos si abruman con la votación -comprada, decidida o lo que sea-, porque tuvo la suficiente labia para convencer con sus discursos o el suficiente dinero para comprar las voluntades de la masa abnegada y hambrienta de demagogia; cuando ello sucede, a veces o casi siempre, la situación se torna insoportable y justo ahí es donde el pueblo, o las mayorías, ven cuán grande ha sido su equivocación, cuando se percatan de que de nada ha servido su afán de cambio, llevando al poder a quien menos debieron haberlo hecho, pues esas figuras desprovistas de talento jamás podrán aplicar esa sensibilidad fingida o envuelta en sonrisas irónicas que esconden la verdadera cara de los demonios que esconden dentro de sí mismos.
Indudablemente que muchas figuras políticas reúnen un sin fin de los requisitos que precisan para ser buenos gobernantes, pero también es cierto que muchos de ellos arriban al medio político sólo porque creen tener el arrastre por ser lo suficientemente poderosos económicamente y no miden la consecuencia de su actuar al frente de los destinos de una sociedad; actuación que casi siempre se ve enmarcada en la ineptitud, la ineficiencia y los manejos oscuros propios de los servidores públicos ignorantes y no aptos para gobernar, de los que no tienen ni la menor de las ideas de lo que significa servir a sus pueblos.
Dimes y diretes están al orden del día. Gente que desprende, destruye o hurta propaganda del contrario, adjudicaciones de declaraciones que jamás fueron hechas, desacuerdos al interior de los partidos y, lo más grave aún, la persistencia de actitudes centralistas y autoritarias características de aquéllas épocas coloniales que ahora debieran formar solamente parte de las páginas de la historia.
¿Existen los ciudadanos de segunda?
Aún cuando el Derecho, como disciplina científica, doctrina, Ley, práctica, costumbre, o como quiera vérsele, establece la igualdad entre los seres humanos, en el IV Distrito parece que las cosas son vistas de forma distinta.
A casi doscientos años de haber logrado la independencia política respecto de España, me parece increíble que aún persistan ideas manifiestas en el sentido de creer que por el hecho de no proceder de las grandes metrópolis o no gozar de cierta supremacía económica, alguien –sea quien fuere- valga menos que otro. Cuanta cosa se tiene que soportar a veces cuando, a pesar de los esfuerzos de superación y de esa gana de ser y vivir, se busca obstaculizar los caminos por el hecho de provenir de determinada región, por no llevar ciertos apellidos, no contar con bienes en determinada cuantía o por ser, como a mí se me ha dado en llamar un candidato que “anda a pata”.
En efecto, soy de Venustiano Carranza, pero al igual que los habitantes de las grandes metrópolis tengo dos ojos, dos manos, dos piernas (bueno si se les puede llamar así), un corazón que siente, y creo que algunas neuronas y un tanto de materia gris en el cerebro. Tengo muchos defectos, indudablemente, pero en la vida he encontrado un sinnúmero de seres humanos, semejantes a mí y a usted que tiene ahora su vista fija en mi escrito, que han sabido valorar mi naturaleza humana a pesar de ellos.
Por fortuna puedo caminar, qué bueno que “ando a pata” pues solo de esa forma, puedo llegar a los ciudadanos, muy contrario a lo que muchos puedan decir, así “a pata” he recorrido los ya tres de los ocho Municipios de este Distrito y no he bajado el ritmo, al contrario cada día que pasa siento la enorme necesidad de seguirlo haciendo pues sólo de esa forma podré estar de frente a los electores y saber de sus inquietudes. Pero hay también quienes me han acompañado “a pata” a recorrer las terregosas calles de mi Distrito y no tienen las posibilidades físicas que yo y, sin embargo, ahí han estado.
Socorro Cruz Ríos, ejemplo de vida.
Socorro, es una mujer pueblerina del Municipio de Pajacuarán, de niña le atacó la polio y sus capacidades físicas se han visto limitadas; usa muletas para poder caminar y aunque parece haberse ya acostumbrado no le resulta nada sencillo.
Socorro es, orgullosamente, panista no solo de tiempo completo sino de absoluta convicción y es fiel seguidora de su candidato a la Presidencia Municipal.
Socorro me acompañó una de las mañanas de esta semana a recorrer algunas calles ubicadas en el cerro de la cabecera de su Municipio; el sol del mediodía quemaba pero no fue motivo para bajar el ritmo; tocaba las puertas de las casas mientras yo detrás saludaba a quienes salían a cruzar palabra conmigo. Demostró una fortaleza tal que me quedé perplejo al verla subir las cuestas de las calles, sin queja alguna; después de comer una fruta en una mesa puesta a la entrada de Pajacuarán continuamos hasta cumplir con el trayecto programado para ese día.
Hasta ahora, por mi vida han pasado seres extraordinarios que han sabido dejar profunda huella en mi esquema de vida, algunos líderes de talla internacional, otros nacionales, pero el ejemplo de Socorro, incansable mujer que no abandona la causa de su partido y la defiende a capa y espada, me hizo entender que la humildad y la sencillez fortalecen las fuerzas del alma, esas que son las que nos hacen ser consecuentes con lo que buscamos, con lo que queremos y por lo que vivimos.
Socorro me hizo entender de la enorme bendición que tengo al yo sí poder “andar a pata” para continuar, mientras viva, con en esa búsqueda incesante de los mejores caminos para entender al mundo y seguir siendo un soldado más de una causa distinta, muy lejana de las triviales pretensiones de muchos políticos que aunque son de “tiempo completo” no tienen ya nada que ver con la realidad histórica que vivimos.
Pero por ahora, ahí están, y al menos de momento tendremos que soportarnos mutuamente, no hay otro camino, aunque las crudas realidades las conoceremos solo el domingo 14 de noviembre. (Continuará).♦